Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1496
Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 10 de junio de 1893
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 52, 1471
Tema: Manifestaciones relativas al cumplimiento del decreto sobre división territorial militar

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Yo creí que ayer había quedado satisfecho el Sr. Linares Rivas con mis declaraciones, que son las mismas exactamente que he hecho hoy.

Su señoría creía que se iban a plantear las reformas militares el 1.º de Julio y yo dije que, por deferencia al Parlamento, el Gobierno no pondría en ejecución esos decretos hasta que los presupuestos se discutieran, o hasta que se decidiera que no podían discutirse y que regirían los del año anterior. (El Sr. Linares Rivas pronuncia algunas palabras que no se oyen.) Eso es lo que dije ayer, eso he dicho hoy, y eso es lo que he repetido lo menos siete veces.

Pues bien, ¿es que S. S. quiere discutir las reformas militares y los presupuestos? Pues influya con sus amigos para que permanezcan aquí todo el tiempo necesario y discutan lo que es preciso, sin suscitar otras cuestiones que puedan embarazar la verdadera discusión de los presupuestos, y entonces S. S. quedará satisfecho, y La Coruña, también, y las reformas militares no se plantearán hasta que los presupuestos hayan sido detenida y ampliamente discutidos.

¿Pero es que los presupuestos, no se discuten y, a pesar de los esfuerzos de todos, llega una época en que las Cortes suspenden sus sesiones, no por voluntad del Gobierno, sino quizás por fuerza mayor? Pues entonces no se puede privar el Gobierno de toda autorización que le sirva para hacer economías; porque como se encuentra con un presupuesto en déficit, debe procurar por todos los medios que le sean posibles, y sobre todo mientras no falte a las leyes, disminuir el déficit, que es el cáncer que está devorando nuestro Tesoro, y que pone nuestra Hacienda en un estado verdaderamente vergonzoso. Esto es lo que dije ayer y lo que he repetido hoy.

¿Es que La Coruña se alarma? Pues hace mal en alarmarse, porque todo lo que está haciendo es contraproducente. No ha podido el Gobierno tener mayores consideraciones a La Coruña y a todos los demás pueblos que se sienten lastimados en sus intereses; porque después de estar autorizado para fijar las capitalidades, ha transigido y ha dicho: puesto que se trata de una cuestión técnica, que fije las capitalidades la Junta consultiva de Guerra. ¿Es que La Coruña tiene fe en la causa que defiende? Pues que espere resignada la resolución de esa Junta técnica, que no tiene nada que ver ni con la política ni con la influencia de otras poblaciones. cuando sabe La Coruña que va a suceder eso, ¿qué significan esos procedimientos a que apela? Pues eso hace temer que ella misma duda de la bondad y de la justicia de la causa que defiende; porque si tuviera fe en su causa, aguardaría tranquilamente, como aguardan las demás poblaciones. No tengo más que decir. (Aplausos en la mayoría).



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